“La Dulcinea de Cibrián se parece mucho más a la de Cervantes porque en el musical se modificó (en la novela es una mujer vulgar y fea) -aclara Cecilia Milone-. Que sea la única mujer en el elenco hace que se vea resaltado el personaje, tal como la resaltó el autor: hay una sola mujer para el Quijote. A diferencia de otras versiones, esta destaca lo femenino, lo sensual, lo sexual y lo tierno. Tiene todos los colores de lo femenino”.
Para la actriz Milone cantar es natural de muy chica. “A partir de ‘Drácula’ tuve conciencia de que era un don -comenta-. A los 18 años empiezo a hacer una técnica de canto lírico, pero siempre pensándolo como aporte a la actriz, porque yo amaba la comedia musical . Veía con mi padre musicales clásicos. Sabía que cantaba afinado pero me encontré con un cuerpo vocal muy grande, y con la técnica y una extraordinaria maestra empecé a entender de que además podía ser cantante. Pero insisto: supe que era un privilegio cuando me subí a un escenario”.
Si hay un género ideal para Milone, ese es el musical: “definitivamente, siempre lo fue. Mi padre me llevó a ver un musical que hacía Pepito, ‘De aquí no me voy’. Fue el primero que vi y me hice fan de él. No me quedaba otra, porque nadie más hacía el género (se ríe). Pepito dice que no es revolucionario. Sí que lo es. En un país donde existía una cultura muy lejana del musical -solo los musicales de Canaro y de Mores- pero no tenían la estructura dramática que tienen los de Pepito”.